¿Y si ahora sí hay una mamá?
- Miriam
- 18 jun
- 2 Min. de lectura

Hola, pequeña,
Te hablo con cuidado y cariño, con la paciencia que merece quien guarda tanto dentro.
Sé que a veces el mundo puede parecer grande y complicado, y que tus emociones pueden sentirse intensas y confusas. No pasa nada por eso.
Aquí, no estás sola ni perdida. No hace falta que entiendas todo ni que tengas respuestas ahora mismo.
No vengo a reemplazar nada, ni a cambiar tu historia, porque sé que tu camino es único y valioso, aunque haya sido difícil.
Solo quiero ofrecerte un lugar suave, un espacio donde puedas sentirte calma y cuidado, sin prisas ni exigencias.
Estoy aquí, contigo, para acompañarte con ternura, para que puedas sentirte vista y sostenida en tu verdad, en lo que sientes y necesitas.
No hace falta que escondas nada. No tienes que fingir estar bien ni ser fuerte para merecer este abrazo.
Estoy aquí.Te veo.Te escucho.Puedes llorar.
Sé que a veces las palabras se quedan cortas para tanto sentimiento, y que el silencio pesa.
Pero aquí, en este abrazo, no hay nada que demostrar, nada que esconder.
Está bien que duela, que te sientas cansada, que te falte aire.
No voy a decir que “no pasa nada”, porque sé que lo que sientes es real, profundo y merece ser respetado.
Cuando quieras, este abrazo estará esperando para ti.
Para que descanses. Para que seas tú, sin miedo, sin prisas, sin condiciones.
Ahora sí hay una mamá.
Si quieres recibir más palabras cálidas, puedes suscribirte a "La voz de Mamá" es una carta que te llegará suave y despacito, como un susurro de calma en medio del ruido.
No son consejos ni reglas, sino un abrazo en palabras, una voz que te recuerda que mereces cuidado y ternura, aunque a veces no lo hayas sentido antes.
Cada carta está pensada para acompañar a esa niña interior que llevas dentro, para ofrecerte momentos de calma, para que puedas sentirte vista y sostenida desde el corazón, sin prisas ni exigencias.
Es un espacio donde puedes recibir sin tener que explicar, donde puedes estar sin tener que fingir.
Aquí, la prioridad es que puedas sentir ese abrazo cálido que quizá no tuviste, y que siempre puedes volver a buscar cuando lo necesites.
Sin juicios, sin presiones, solo con mucho amor y cuidado.
¿Quieres recibir un abrazo en palabras?
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